LA QUINTA DEL INFANZÓN
Gijón (Concejo de Gijón)
Tras la decepción del Llagar de Cabueñes, de nuevo nos vamos a probar otro de los establecimientos situados a las afueras de Gijón. Este no es uno de los merenderos al uso, es más bien un restaurante que aprovecha los grandes espacios que tiene para instalar una terraza cuando el tiempo lo permite. Si llevas coche, no tengas problema en llevarlo ya que dispone de un gran aparcamiento.
Íbamos con la intención de comer a la carta pero nos ofrecieron un menú que tienen por 17 euros que nos convenció y decidimos probarlo. A fin de cuentas, sólo conocíamos su cocina a través de las bodas y eso no es una referencia objetiva.
De entrante nos pusieron unos vasitos con lo que parecía una especie de salmorejo que, dado el calor reinante, agradecimos. En pocos sitios tienen el detalle de este entrante.
Tras esto, llegan los primeros. Nos dieron a elegir entre un revuelto de marisco y verduras, y una ensalada de fabas con crujiente de compango.
Tras esto, llegan los primeros. Nos dieron a elegir entre un revuelto de marisco y verduras, y una ensalada de fabas con crujiente de compango.
El revuelto estaba rico pero, de los dos, nos gustó más la ensalada. Siendo un plato que -a priori- nos parecía que no tendría mucho éxito ni gancho, fue probarlo y cambiar radicalmente nuestra opinión. Lechuga, tomate cherry, dados de membrillo con fabas (de fabada, no estofadas) sueltas, trozos de panceta, y unos canutillos de pasta brie rellenos de morcilla y chorizo.
De segundo nos dieron a escoger entre una caldereta de pescado o un cabecero de cerdo
La caldereta eran tres tipos diferentes de pescado acompañados por una salsa marinera y patatas cocidas. El plato no estaba mal pero quizás pecaba de soso. La cabecera estaba muy rica, jugosa y tierna.
De postre, una tarta de chocolate y frutos rojos que estaba muy buena. De las mejores que hemos comido de estas características.
También probamos el arroz con leche, que nos gustó mucho.
Al final, lo dicho. Todo este menú con bebida incluida, 17 €/persona. También disponen de uno de 10€ para niños a base de entremeses o pasta, filete o escalope, y postre.
Lo único malo es el servicio. Lento hasta la extenuación, llega a desesperar que tengas que pedir hasta 3 veces y a dos camareros distintos una botella de agua para lograr que te la traigan. Una pena que un sitio tan bonito, y donde se come bien, pierda puntos por este detalle. No obstante, sobre todo cuando hace buen tiempo, merece la pena pasarse por allí algún día para comer en su terraza.
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