lunes, 1 de julio de 2013

Pulpería O Taberneiro

PULPERÍA O TABERNEIRO
Rianxo (Concello de Rianxo)

Aprovechando una de mis numerosas incursiones a las rías baixas, decidí salirme de la autopista de peaje Santiago-Vigo para ir por la costa y disfrutar de los paisajes y el encanto e las gentes de esta zona.


Rianxo es una villa marinera enclavada en plena ría de Arousa y eminentemente marinera, pues destila mar por sus cuatro costados. A priori, se presenta como uno de los mejores sitios para comer marisco y pescado de calidad, y eso fue lo que hicimos.

Para llegar hasta Rianxo, si vas por la autopista Santiago-Vigo, sólo tienes que coger el desvío que se indica, a los pocos kilometros de pasar el peaje, que marca Rianxo, Catoira, Boiro...

En la villa había varios sitios para comer, algunos con referencias en medios de comunicación de gran tirada, pero nuestro instinto nos llevó a la rula, allá donde los marineros hacen vida. Y una vez allí, preguntamos a la gente de mar dónde comer buen pescado y marisco a un precio razonable. Y todos coincidían en la respuesta: O Taberneiro.

Esta pulpería está situada a escasos metros de la lonja, al lado de una pequeña capilla con un cruceiro de granito. Se aparca fácil porque tienes toda la explanada a tu disposición, pero imagino que en horas punta de venta de pescado será algo más dificil. 

El local es viejo, aunque con algunas reformas básicas. Nada mas entrar tienes el bar, que es la parte más reformada, y desde ahí pasas al comedor que tiene unas buenas vistas de la ría. Eso sí, es un poco frío.



Para empezar a calentar motores, pedimos unas navajas de la ría, que por aquí también se les conoce como longueirones. Espectaculares, buen tamaño, carnosas y sin una pizca de arena.


Detrás, pedimos una ración de pulpo a feira. Venir a Galiza y no comer pulpo es casi un delito. Buena ración, el pulpo como la manteca, esponjoso y sabroso. Además sin patatas cocidas abultando, pedimos pulpo y comimos sólo eso, pulpo. Y muy bueno.


A continuación chipirones a la romana. Eran chipirones de la zona, muy sabrosos, cortados y limpios. Esto es algo de lo que deberían tomar nota muchos bares en los que se nos presenta el chipirón entero y sin limpiar, especialmente en muchos sitios de Asturias, donde encima es congelado.



Para detrás, no podíamos dejar de comer otro clásico de la cocina gallega: el raxo. La ración enorme, con raxo para dos personas como mínmo. Estaba limpio de nervios, bien troceado y jugoso, con un buen sofrito de ajo. Muy bueno



Y finalmente, pedimos dos lenguados para compartir los 4. La verdad  es que el lenguado ha subido mucho de precio y no es algo que uno coma muy a menudo, y menos a este precio como el que tenía en Rianxo. Estaba muy bueno, con un tamaño bueno y el punto de cocinado adecuado. Muy recomendado.

Detrás, tomamos 4 cafés porque el postre ya era imposible de digerir con la fartura que llevábamos y había que seguir rumbo a Vigo. Pedimos la cuenta y sorpresa, 66 euros, con albariño de la casa y agua de bebida. Un chollo.

En resumen. Un sitio que, si bien desde fuera pasa desapercibido para el forastero, es altamente recomendable por cantidad, calidad y precio. Volveremos

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