ASADOR SIBONEY
Arévalo (Ayuntamiento de Arévalo)
Teléfono 920301523
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Esta vez la guía mikikín amplía un poco más sus fronteras y, pensando en los desplazamientos que nos ofrece el verano, vamos a ir probando nuevos sitios que quedan de paso a nuestros destinos.
En esta ocasión nos vamos hasta la histórica villa de Arévalo, capital de la comarca de La Morera, y famosa porque allí pasaron su juventud ilustres personajes como la reina Isabel la Católica o San Ignacio de Loyola.
Para llegar a Arévalo no tienes más que coger el desvío de la A-6, que se encuentra perfectamente señalizado. Para aparcar tienes la plaza real, con bastantes plazas, y sino callejeando un poco o saliéndote hacia la zona nueva, siempre se encuentra alguna plaza libre.
La villa tiene fama por su cochinillo asado, incluso poniendo en entredicho la supuesta hegemonía segoviana en su elaboración, así que había que parar y comprobarlo. Normalmente, solíamos parar mucho en un restaurante de los de toda la vida, que no recuerdo bien su nombre, pero ya es historia porque ha cerrado.
Así que nos decidimos por el Asador Siboney. En teoría es una de las primeras espadas del cochinillo porque ha sido considerado por la revista Viajeros de Castilla y León como uno de los mejores asadores de la provincia, y ha sido premiado con el plato de oro en el Premio Nacional Gastronomía 2010.
Desde afuera, antes de entrar ya te llama la atención el sitio y también se ve que es de los sitios donde vas a pagar aunque, si al final uno queda a gusto con la comida y el trato, es lo de menos. Nada más entrar en el comedor llama poderosamente la atención su decoración, muy cargada y minimalista, donde tan pronto puedes ver columnas neoclásicas como estatuas o budas, además de numerosas lámparas. Casi pareces entrar en un museo, no en vano, según nos comentaron, su dueño es un aficionado a las antigüedades.
El servicio está pendiente en todo momento del cliente, cosa de agradecer, y encima es cercano, lo cual te inspira confianza a la hora de dejarte aconsejar. De entrante nos pedimos la típica sopa castellana, que aún siendo de pan, huevo, jamón y ajo, es una delicia. Por desgracia no tengo la foto porque la borré por error, pero vamos, si realmente os gusta la sopa de ajo yo os la recomiendo encarecidamente.
Detrás vino el plato por el que realmente vinimos: para unos el lechazo y para otros el cochinillo, que no tostón, no confundir.
El lechazo era una buena ración, tierno, muy jugoso en su interior y crujiente en su parte externa. Si eres fanático del cerdo seguro que te va a gustar. Yo, personalmente, le eché en falta un poco de ensalada o patatas fritas para acompañar pero, lo que es el lechazo en si, es inmejorable.
El cochinillo presentaba la misma textura que el lechazo: tierno, crujiente por fuera y muy esponjoso y sabroso por dentro. Salvo que no hay una guarnición, lo demás es inmejorable en cuanto a sabor se refiere.
Al final, tomamos de postre un arroz con leche correcto, sin mas (también hay que decir que en nuestra zona es insuperable), y leche frita, que estaba bastante buena. A la hora de pagar, todo ello, junto con vino de la casa nos salió por 89 €.
En resumen, se trata de un lugar muy agradable, cómodo y con muy buena cocina y trato al cliente, en donde vas a pagar sobre 35-40 € por persona. Si no eres fanático del lechazo o del cochinillo, probablemente no te deje contento. Ahora bien, si te gustan ambos platos, ni lo dudes. Probablemente es el mejor sitio que puedes encontrar.
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