BAR TIENDA CASA HERMINIA.
Campiello (Concejo de Tineo)
El pasado viernes, aprovechando que no llovía, decidimos ir a comer varios compañeros a la salida del mismo. El destino debía ser un sitio que nos quedase de camino a todos, por lo que decidimos visitar el Concejo de Tineo. Allí las opciones para comer son muchas, pero pocos sitios tienen el pote tan bueno como el de casa Herminia en Campiello.
Para ir puedes llegar de diferentes formas pero, en cualquier caso, queda a 10 minutos de Tineo. Tomando la villa tinetense como referencia, solo tienes que subir hasta el alto de Piedratecha, donde se coge, a mano izquierda, el desvío que nos lleva a Campiello.
El pueblo es lugar de paso del camino de Santiago primitivo, con lo cual no es extraño encontrarse peregrinos caminando por la zona. El sitio no tiene pérdida porque en el pueblo únicamente hay dos bares, situado uno frente a otro, Casa Herminia y Casa Ricardo.
Casa Herminia es de los pocos bares-tienda que van quedando en Asturias. No le gusta a todo el mundo comer en ellos, especialmente a los sibaritas, pero yo creo que tienen su encanto. Nada mas llegar, tienes la impresión de estar en una máquina del tiempo e ir 30 años atrás en ella. Un bar pequeñín, poco iluminado y con montones de productos de alimentación, limpieza, calzado...etc a tu alrededor. Tras preguntar a Herminia, nos pasa a un pequeño comedor que tiene en la parte de atrás, más iluminado que el bar, en donde nos preparan la mesa.
Aquí no hay carta, sabes a lo que vienes, suele haber un menú cerrado en el que cambian poco los platos, pero que tampoco te importa porque todo lo que te ponen está bueno. De entrada nos puso la tradicional empanada pero, sorprendentemente, esta vez no era de panceta y chorizo, sino de pulpo. Estaba rica, era de masa gruesa, esponjosa, con bastante relleno. A mi, personalmente, me gusta mas la de masa más fina y crujiente, pero esta no estaba nada mal.
Detrás nos trajeron una fuente de embutidos caseros descomunal. Jamón serrano, chorizo, lomo, cecina y queso de Corniella. Buena la ración y buena la calidad, no en vano, todos los productos son de la zona. El chorizo de pueblo, hecho por ellos picaba mucho, pero estaba excelente. Y la cecina, según me comentaban mis compañeros, porque yo no soy mucho de ella, estaba también muy rica
Ya estábamos casi comidos, cuando nos llega el siguiente plato, así sin descanso: el pote de berzas. Es uno de mis platos preferidos y creo que puedo decir con certeza, que es uno de los potes más ricos que te puedes comer, a día de hoy, en Asturias. Sólo he comido cuatro o cinco que estén a su altura. Caldo en su punto, la patata bien hecha, con algunas fabas y la berza en buena proporción con el resto. Lo único malo es que alguna berza no estaba partida, con lo que para comerla había que hacer maravillas para no ensuciarse.
Tras comer pote y repetir todos, sin excepción, nos ofrecían volver a llenarlos la perola pero iba a ser demasiado. Tras esto, detrás nos pusieron una fuente de pollo asado con patatas. Yo no sé si es que iba lleno o que no me da mas el pollo, pero casi no comí. En cambio, en otras ocasiones te ponen huevos caseros con patatas o truchas con jamón y, en ambos casos, es para ponerse tibio porque lo bordan.
Y de postre, pues arroz con leche requemado o flan con nata, pero nata de la de antes, no la del spray de central lechera asturiana. Luego café y orujo de hierbas casero. Total 18 euros, un precio razonable.
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